Youtube, una nueva realidad

A menudo los padres de pacientes jóvenes nos hacen llegar sus dudas acerca del uso de Youtube en la infancia y adolescencia. En este post pretendemos dar respuesta a algunas de estas inquietudes. Esperamos que os interese y dejamos abierta la posibilidad de abrir un debate. ¡No dudéis en comentar!

Youtube, una nueva realidad en el mundo infantil

El modelo de entretenimiento infantil ha ido cambiando con el tiempo y, en plena era tecnológica, nos encontramos con que internet es un referente en los hogares que tienen niños. Youtube es un claro ejemplo, ya que se puede ver como la alternativa actual a la televisión. Recientemente fuentes periodísticas han cifrado en 70 el porcentaje de niños entre 2 y 11 años que consumen vídeos de Youtube a diario, pronosticando un rápido crecimiento de la aplicación en los próximos años.

Los niños pueden acceder a una gran cantidad de contenido audiovisual, ejerciendo el control sobre qué ver en cada momento, de qué manera y cuándo pausarlo o volver a ponerlo, lo que lo hace muy atractivo para los ellos y, por ende, para los padres. No obstante, como toda red social necesita supervisión cuando hablamos de su consumo en edad infantil, ya que pueden estar expuestos a contenido inapropiado y también reciben mensajes de publicidad. Si bien existen plataformas infantiles como Youtube Kids que ejercen un mayor control para mantener el contenido apto para niños, los padres no pueden delegar su responsabilidad y es importante que ejerzan la supervisión no sólo a través de los métodos de control parental, que permiten aspectos tan interesantes como la limitación de tiempo de uso, el bloqueo de contenido o limitarlo a visualizaciones previamente aprobadas por ellos, sino también desde una presencia activa durante su utilización.

Hablar de este tema con los papás de los amigos de nuestros hijos puede ser una buena idea para ver cómo lo están haciendo ellos y compartir nuestras ideas e inquietudes al respecto. Aquí también es importante mencionar el concepto de inmediatez, ya que el fácil acceso por parte del niño a multitud de vídeos y temáticas es un estímulo muy intenso que, si no se controla, puede favorecer que se frustren en otros contextos por no lograr tan rápidamente sus deseos. Por eso el papel de los padres es indispensable en el uso de estas plataformas, enseñandoles a usarlas correctamente, regulando su uso y fomentando otros intereses que no se limiten al uso de la red.

Usar Youtube de manera racional  

Si bien el uso de Youtube u otras plataformas similares puede tener utilidades didácticas y no tiene por qué ser negativo, su uso no debe ser indiscriminado. Como padres hemos de poner normas para su uso, como la limitación de tiempo y de contenido. Pero también tenemos la responsabilidad de ofrecerles otros estímulos que les interesen y enriquezcan desde pequeñitos: jugar en el parque, socializar con iguales, montar en bici o el uso de juegos creativos son sólo algunos ejemplos. Cada niño puede tener unos intereses, pero es importante que prestemos atención a que el niño no los deje de lado para estar todo el día frente al antiguo televisor, lo que hoy en día llamamos pantalla. Regalarles tiempo de calidad con nosotros (los padres) en el que les dediquemos atención exclusiva y podamos conectar emocionalmente, mantener el contacto visual con ellos y evitar distracciones electrónicas es algo muy enriquecedor que nos une como familia y nos ofrece una realidad diferente a la del mundo digital.

En este punto es interesante prevenir sobre el concepto de “canguros digitales”, ya que es frecuente ver a padres que “enchufan” a sus hijos a la tablet o a los móviles desde que son pequeñitos para que estén tranquilos mientras ellos disfrutan de otra actividad. No hay que penalizar esta acción sólo por el hecho de llevarla a cabo, pero sí debemos evitar hacerlo de manera indiscriminada. Muchas veces no somos conscientes de las consecuencias que pueden tener estos actos en los menores, entre otras cosas, debido a que cada vez está más extendido el uso de la tecnología con fines de entretenimiento o para calmar a los pequeños. Y aunque los dispositivos electrónicos atraen en gran medida a niños y jóvenes, nuestros hijos crecen viéndonos enchufados a ellos y reproducen estas conductas porque les ofrecen un estímulo que no siempre les damos.

“Mamá, papá, quiero ser youtuber”: una nueva ocupación que necesita supervisión.

El término youtuber hace referencia a una nueva realidad y puede resultar positivo o negativo según la persona que lo interprete. A medida que han ido apareciendo nuevas ocupaciones, los intereses de los niños ha ido cambiando, y ser youtuber es una ocupación que aúna el atractivo de poder llegar a ser famoso con el de conseguirlo mediante lo que se ve como divertido y natural. De alguna manera, ser youtuber no deja de ser darse a conocer uno mismo, ya sea a partir de hablar de videojuegos, presentar tutoriales DIY o contar tu vida. Y aquí es donde entra en juego especialmente la supervisión y protección paternos, ya que un niño o un adolescente no están capacitados para entender las implicaciones que puede tener la presentación de su imagen y la exposición de su vida en las redes.

Ser youtuber puede ser algo muy divertido y estimulante, y hay que mirarla de manera individual para cada caso. No es lo mismo crear un canal y compartir tus vivencias con tu familia, con tus amigos, o con un número elevado de personas (pueden llegar a ser miles) que sólo conoces a través de los comentarios que te hacen llegar. Ser youtuber puede tener un alcance muy alto en esta época en la que estamos hiperconectados, de tal manera que puedes estar recibiendo comentarios durante las 24 horas del día. Es algo que se va a buscar con ilusión, pero que implica cumplir con las expectativas de todos aquellos que te siguen y va a repercutir en la autoestima del niño por la dependencia que se desarrolla de sus valoraciones. Así, el “subidón” de tener un número alto de seguidores se puede tornar en un cúmulo de presión que, si no se gestiona adecuadamente, puede desembocar en problemas psicológicos y de salud.

Además, mantener un canal de relativo éxito en Youtube -o buscarlo- implica dedicar muchas horas a la preparación, grabación, edición, atención a los comentarios… A los adultos nos puede surgir la duda de si es un hobbie adecuado que merece ser fomentado o, en su lugar, deberíamos tratar de limitarlo y desanimarles. En estos casos es adecuado valorar las intenciones y expectativas de nuestros hijos, tener una comunicación fluida con ellos y contribuir a mantener sus pies en la tierra sin quitarles la ilusión. Como hobby que es no deben dejar de considerarlo un juego ni cambiar sus rutinas: asistir al colegio, jugar con amigos, conversar en familia, irse de vacaciones o hacer otras actividades que les interesen. Así, los padres han de evitar que el entorno cibernético perjudique a la niña/o. No obstante, es importante examinar periódicamente nuestras propias intenciones como padres, ya que nos podemos ver desbordados sin ser conscientes de ello y perdernos en el camino.

Recientemente, un famoso youtuber (el Rubius) decidió darse un tiempo después de 7 años por cuestiones de estrés y ansiedad. Según sus palabras, llegó un momento en el que sintió que cayó en lo más profundo, y esto hizo que buscara ayuda acudiendo al médico y dándose un descanso. Llegado a este punto, fue muy positivo que se diera cuenta y buscara ayuda antes de explotar, algo de lo que no todo el mundo es capaz. Por eso insistimos en la necesidad de hacer un acompañamiento del menor para que su día a día no se reduzca únicamente a Youtube, que dediquen tiempo a tener y mantener otros intereses, así como relaciones sociales y familiares.


Ser youtuber es una actividad que a los jóvenes les va a encantar pero que, precisamente por la impulsividad e inmediatez que les caracteriza a esa edad, les va a costar controlar. La presencia del adulto, por tanto, va a ser vital.

¿Y si llegan a ser famosos? Consecuencias a medio plazo.

La fama puede llegar a perjudicar al menor en un momento en el que está forjando su identidad, en un momento en el que se encuentra en pleno desarrollo personal. La sensación de éxito que está viviendo en ese momento es engañosa porque no tiene por qué ser así durante toda su vida. Una infancia vivida de esta manera puede llevarles a la creencia errónea de que toda su vida seguirá las mismas reglas, tener una imagen sobrevalorada de sí mismos, llevarles a obsesionarse con su canal, convertirse en niños vanidosos, inestables emocionalmente o aislados de la realidad más allá de internet. Todavía es pronto para hablar de adultos que se hicieron famosos en youtube, pero sí conocemos casos de niños que tuvieron un gran éxito en el cine o deportistas de élite que no fueron capaces de asumir esa fama e integrarla en su desarrollo vital, o incluso el caso que comentábamos más arriba del famoso youtuber el Rubius, cuyo retiro finalmente ha durado sólo 4 meses.


No obstante, tampoco podemos obviar el estímulo que puede suponer enfrentarse a miles de seguidores a la hora de trabajar diversos aspectos: ganar en madurez, afrontar la timidez si la hay, ganar desenvoltura, implicarse en un propio proyecto propio, reflexionar y buscar nuevas ideas, desarrollar la creatividad… Bien gestionado, ser youtuber (con mayor o menor éxito) puede aportar grandes experiencias que sirvan posteriormente en otras facetas de su vida personal o en su futuro laboral, incluso si éste no se lleva a cabo en internet. Por tanto, no podemos decir que la fama en niños vaya a tener consecuencias irremediablemente negativas, ya que va a depender en gran medida de la madurez que tenga el niño/a, la tolerancia a la frustración en caso de que cese el éxito, y del acompañamiento que hagan los adultos o los profesionales con ese niño que vive en un entorno altamente demandante, evitando que pierdan su infancia.

Otro aspecto relevante en estos casos es el económico. Cuando el canal de un menor tiene muchas visitas es habitual que se pongan en contacto empresas que buscan el patrocinio de sus productos a través de hacerles “regalos” a los niños, ya sean juguetes, ropa, etc. Incluso a veces el canal infantil se va a llegar a monetizar. Normalmente va a ser el padre el que gestione estos ingresos y relaciones publicitarias, por lo que su trabajo se va a extender también a cómo y cuándo recibe el niño estos productos. Igual que en Navidad se habla de la regla de los 4 regalos, algo que en determinadas familias resulta incluso excesivo, se trata de evitar abrumar a los niños con un exceso de “regalos” y que comprendan que con ello se busca la promoción de productos, sin dejar de lado que responden a un trabajo suyo que hay por detrás.

Es un buen momento también para ir explicándoles algunas de las normas por las que se rige la sociedad hoy en día, siempre adaptándolo a su edad y grado madurez y comprensión, sin olvidarnos de acompañarlo de una educación en valores: enseñar que existen reglas, paciencia, honestidad, enfrentarse a la frustración… en definitiva, saber gestionar tanto el triunfo como el fracaso y saber que Youtube sólo es una faceta -y quizás una etapa- de su vida.

Campamentos para aprender a ser youtuber: ¿Estamos sobrecargando a los niños con la idea de crear sus propios canales?

Con herramientas que resultan accesibles y están a nuestro alcance lo habitual es aprender a usarlas por nuestra cuenta, comenzar desde la curiosidad y el juego e ir volviéndonos más expertos en el tema. Sin embargo, acceder a plataformas online en las que puedes colgar material tan personal como tu imagen o información sobre tí mismo exige una parte menos lúdica de formarse en aspectos como hacer un uso correcto de las mismas o la privacidad, entre otros.

En los últimos años han comenzado a comercializar campamentos de verano dirigidos a niños entre 11 y 17 años para aprender a ser youtuber. Ésta puede ser una grata experiencia para los chavales, que pasan tiempo en comunidad, trabajan en equipo, hacen amigos… y además aprenden intereses comunes. Estos campamentos se enfocan de manera diferente según la edad y experiencia que tienen los niños, de tal manera que los más jóvenes e inexpertos aprenden aspectos más básicos sobre el uso y creación de cuentas en Youtube, y los más expertos, ya con su propio canal, aprenden contenidos más avanzados para quizás hacer un uso más profesional de la herramienta. En cualquier caso, parece que a todos ellos les enseñan aspectos básicos como utilizar responsablemente la plataforma y proteger su privacidad, algo muy positivo e indispensable para niños que quieren hacer cualquier tipo de uso de Youtube. No obstante, un aspecto que sería interesante cubrir sobre todo en la parte más dedicada a la profesionalización son contenidos acerca de la gestión emocional a lo largo del proceso de convertirse en un youtuber de éxito o quedarse en el intento, ya que sólo unos pocos lo consiguen y puede suponer una gran frustración para los que no.

- Por Cristina García Navarro



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