Divorcio e hijos: recomendaciones prácticas

Hoy en día, la separación o divorcio está bastante presente y, en muchos casos, dentro del ciclo vital de las parejas. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2016 hubo 96.824 divorcios, un 0,3% más que en el año anterior.

Se entiende que el divorcio se produce como consecuencia de un deterioro progresivo en la relación debido a la acumulación de interacciones negativas y/o disfuncionales entre los miembros de la pareja que poco a poco van provocando dificultades en la forma de relación de la pareja que pueden tornar en deterioro, distanciamiento afectivo-emocional y en la ruptura de la relación.

Una separación o divorcio implica un proceso de cambio en el sistema familiar y en cada una de las personas que lo componen, afectando, tanto a los miembros de la pareja como a los hijos, si los hubiera. Este proceso de cambio implica un duelo para todos los miembros, ya que hay una pérdida de la situación familiar anterior y muchos cambios a nivel pragmático, jurídico, y sobre todo emocionales. Esto supondrá una reorganización ante la nueva situación y reconstruir las relaciones familiares y sociales por parte de los miembros del sistema familiar.


Pero, ¿qué podemos hacer cuando hay hijos?

El proceso de divorcio conlleva un proceso de impacto emocional para todos los miembros del sistema familiar, pero en especial para los hijos. Por esto es muy importante, que los padres puedan atender y tener en cuenta las necesidades de los más pequeños, y dentro de este proceso de cambio, brindarles seguridad, calidez afectiva y calma.

  • Comunicar la noticia estando los dos progenitores presentes. Para hacerlo es muy importante tener en cuenta la edad de los niños, atendiendo a las características de comprensión, escucha y reflexión de cada momento evolutivo. 
  • Estar abierto a la comunicación y a preguntas que puedan necesitar hacer, sin cuestionarles o culpabilizarles por ello. Ellos también necesitan comprender. Están en un proceso de cambio y necesitan información, ya que generalmente se sienten asustados y confundidos. Recordad que es muy importante adecuar las respuestas a su valor como hijos, para no meterlos dentro de los problemas de los adultos. 
  • No hablar más del otro progenitor. Es muy importante separar el rol como padres, del rol como pareja. Para los hijos, ambos progenitores son muy importantes y eso está por encima de lo que haya pasado dentro de la relación de pareja. 
  • Explicarles que ellos no son culpables de la separación. Con frecuencia, algunos niños se sienten culpables de la separación de sus padres. 
  • Además, es de vital importancia, mantenerlos en su lugar de hijos, es decir, no colocarlos en medio de la pareja como mensajeros o como la persona que escucha al adulto y lo sostiene en su pena.


Es frecuente que una vez que se inicia este proceso, se viva como un abismo ante el que no se sabe muy bien como posicionarse, qué hacer o como reorganizar la vida. Sí crees que necesitas o que necesitáis ayuda profesional para atravesar este proceso, no dudes en pedirla.

- Por Gema López Martínez

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